Escribe: Dr. Miguel Ángel Martínez, vocal del Consejo Directivo del CAER.
(En recuerdo y respetuoso homenaje a los colegas abogados detenidos, desaparecidos, asesinados y perseguidos durante la dictadura genocida que asoló el país durante los años 1976 a 1983).
Un día como hoy pero hace cuarenta y séis años, otro 24 de Marzo pero de 1976, la peor, la más atroz, la más sangrienta dictadura cívico militar de toda nuestra historia, usando ilegítimamente las armas de la Patria, arrebató el Poder a quienes eran sus legítimos propietarios, atropelló a las instituciones de la Democracia y cer-cenó todos los derechos y garantías constitucionales, dejando al Pueblo de la Na-ción Argentina, inerme, desprotegido y sometido a los oscuros designios de los bárbaros dictadores.
La larga noche que se extendió hasta el 10 de Diciembre de 1983, silenció la prensa independiente, acalló los reclamos de la sociedad que sufría los brutales ajustes en la economía, la disminución de los salarios a límites impensados, el cierre de empresas con el consecuente desempleo de los trabajadores, el endeudamiento brutal de la Patria, la fuga de capitales en proporciones nunca vistas hasta entonces, e ignoró y reprimió los pedidos de justicia de los que sufrían la cárcel y la tortura.
La desaparición forzada de nada menos que 30.000 personas, fue la práctica utilizada como solución final para los disidentes y aún horroriza al mundo la apropiación de centenares de niños, la violación de las detenidas y la tortura y el salvajismo empleados con las personas en cautiverio.
Mientras tanto, amparados en la impunidad e indiferentes a tanto horror, al precio de la sangre y el dolor de sus compatriotas, crecieron las fortunas de los so-cios civiles de la barbarie desatada en la Patria. Cómplices necesarios de tamaños delitos, cómplices necesarios de tanta desgracia, que fueron capaces de vender lo que se tiene de humano a cambio de los beneficios económicos que les brindaba la crueldad del desatino.
Sin Jueces ni Justicia todo lo pudieron. Sin Jueces ni Justicia todo lo hicieron.
Hoy nuestra Patria, al amparo del ejercicio pleno de los derechos ciudadanos y del funcionamiento de las instituciones, recorre el camino de la legalidad. Y garantizada la absoluta y libre expresión de la voluntad cívica del pueblo, es más fuerte que nunca nuestra Democracia.
Por eso, aquél clamor del 18 de Septiembre de 1985 cuando la sociedad ar-gentina de pié dijo NUNCA MÁS, lo renovamos diciendo:
NUNCA MÁS a las amenazas a las instituciones de la democracia;
NUNCA MÁS a la interrupción del orden democrático;
NUNCA MÁS a la falta de justicia independiente;
NUNCA MÁS a los que frustrados en sus ambiciones personales por la voluntad soberana del Pueblo, quieran imponer su voluntad por la fuerza.
Por eso hoy como siempre los argentinos decimos si a la ESPERANZA, si al RESPETO a las ideas y a las instituciones, si a la VERDAD, si a la JUSTICIA.
Y a la barbarie, la prepotencia, al olvido y a la impunidad, le decimos HOY MÁS QUE NUNCA:
¡¡¡NUNCA MÁS!!!